Oleícola San Francisco.
La madre del oleoturismo de España.
La almazara Oleícola San Francisco además de producir aceite de grandísima calidad es pionera en actividades de oleoturismo. Conscientes de que era imprescindible un cambio para que el negocio familiar sobreviviera, los hermanos José y Manolo Jiménez lo han convertido en una experiencia cultural que traspasa nuestras fronteras.
El oleoturismo es una actividad que cada vez está más en boga. Como el vino, este concepto turístico mezcla la adquisición de conocimiento sobre su proceso de elaboración con la gastronomía, una combinación exquisita para quién, además de degustar, desea algo más.
El maestro almazarero tiene mucho por explorar en este sentido, bien lo saben José A. y Manolo Jiménez, propietarios de la Almazara Oleícola San Francisco, y los primeros en arrancar un proyecto de oleoturismo en sus instalaciones. A pesar del éxito que cosechan en el momento presente, las cosas no siempre fueron de la misma manera.
El relevo generacional trajo una forma distinta de entender la producción de aceite
Todo empezó con un final de ciclo: la jubilación del padre de José y Manolo, el maestro almazarero de la familia Jiménez. Su trabajo estaba centrado en la producción de aceite lampante. De hecho, la almazara producía un 80% de este y un 20% del virgen, que a continuación se llevaban los camiones. Cuando sus dos hijos tomaron el mando, ambos decidieron seguir con la fábrica, pero “darle una vuelta y apostar por la calidad como punto de salida”, cuenta José. Eso supuso una ruptura total tanto de conceptos como de manera de trabajar.
José explica que en su casa nunca se había salido a vender, había una carencia de mentalidad comercial que terminó con el inicio de la producción de AOVE de gran calidad. Fue en ese punto cuando los hermanos Jiménez apostaron por la internacionalización del aceite y la asistencia a ferias y congresos. La competencia es feroz en todos los mercados, incluidos el gourmet. Entonces, cuentan, “fue cuando nosotros empezamos a querer salir de ese plato común, y decir: ¿Cómo puedo vender aceite de una forma diferente?
Almazara y turismo como una combinación ganadora
La familia Jiménez tenía la solución en su seno: De los cuatro hermanos de la familia, Manolo es el experto en campo, responsable de la producción familiar y jefe de fábrica. José encaminó su carrera profesional hacia el turismo.
El primer paso que dieron juntos fue realizar un primer análisis de cuál iba a ser la perspectiva de la empresa a la hora de vender aceites de primerísima calidad. Así fue como en 2012 se percataron de que las personas no tienen ni idea de aceite. La experiencia les hizo abrir los ojos a la posibilidad de que la cultura fuera un bastión de futuro.
Apuesta por la especializacion y la innovación.

Una vez las visitas a bodegas terminaron, la almazara Oleícola San Francisco abrió para visitas guiadas el siguiente lunes, todos los días de la semana, en inglés, francés y castellano. A su vez, también trabajaron las redes sociales. Ese primer año abrieron sus puertas a 140 personas.
Tipos de producto que ofrecen: cuando la gastronomía se supedita a la visita
Los meses de octubre y de noviembre organizan la actividad “aceituneros por un día” que consiste en la recogida de la aceituna de forma tradicional, llevarla a moler mientras en paralelo se realiza la visita. Al terminar, en la cata de aceites, uno de los que se prueba es el que acaban de elaborar.


Sin datos es imposible mejorar el servicio
La información es crucial para trazar el perfil de la oferta de una empresa. Oleícola San Francisco sabe que sus clientes extranjeros eligen su producto, en su mayoría, por un tema de salud. Muchos de ellos padecen colesterol, obesidad, diabetes… Esta información la han recogido mediante encuestas, preguntar por qué han elegido visitar la almazara. Su perfil económico es medio-alto.
Por otro lado, en la sala de prensa hay un mapa en el que se representa mediante pegatinas en forma de puntos de dónde proceden los turistas. Cada uno la coloca sobre su país. Saber su lugar de origen habla de una historia personal y de cómo su cultura se relaciona con el aceite de oliva.
Venta online de botellas
Sin el desarrollo de una propuesta oleoturística como esta, la almazara Oleícola San Francisco hace tiempo que estaría cerrada. José define el perfil pasado del negocio como ruinoso. Ahora viven del turismo y cuentan con una plantilla que, además, les permite estar presentes en ferias alimentarias y gourmet. “Esta fue la forma más evidente de poder vender los aceites de calidad que nosotros nos propusimos hacer”, argumenta. Las estadísticas que recogen gracias a las visitas también les permite saber cuánto se gastará cada cliente en la tienda.
Las marcas de las que disponen son Essencial Olive, su top, Cortijo de Andalucía, Tierras Andaluzas y San Francisco Olive. El Essencial Olive de cosecha temprana ha ganado el Premio al Mejor Aceite de Oliva Virgen Extra del Mundo 2022 y Premio Jaén Selección 2024.